¡Hola a
todos!
En la segunda entrada
de hoy, como ya os adelanté hace unos meses en el blog, os traigo mi
experiencia con la mutua FREMAP y otra clínica de rehabilitación. Ahora que,
por fin, puedo anunciar que estoy recuperada totalmente de mi accidente de coche,
he decidido contaros mi experiencia final de todo el proceso por el que he
tenido que pasar en estos meses.
Os sitúo, de
nuevo, en el 2 de agosto de 2022, fecha clave donde sucedió el accidente de
tráfico. Ocurrió mientras estaba parada esperando para entrar en una rotonda
donde vino un conductor por detrás y no pudo evitar darme el tremendo golpe que
me dejó con mareos, dolores en toda la espalda, cuello y lumbares aparte del
síndrome del “latigazo cervical” como ya os comenté en la entrada de mi
experiencia laboral (dejaré el enlace abajo).
Ese mismo día
acudí a la mutua FREMAP más cercana a mi lugar de trabajo donde me hicieron una
radiografía e insinuaron que con relajantes musculares iba a mejorar seguro. Me
dijeron que me hacían el seguimiento en el FREMAP más cercano a mi domicilio en
36 horas (día 5 de agosto). Acudí a la cita y me seguía encontrando mal. El
médico que me atendió me mandó más relajantes musculares, cremas
antiinflamatorias y ejercicios de columna lumbar, dándome el día de descanso.
Me comentó que si seguía encontrándome mal que tenía que acudir a la médica
FREMAP de al lado de mi trabajo porque había sido ella quien me había visto en
primera instancia y quién tenía que decidir si me daba o no una baja laboral.
El 11 de
agosto seguía mal con los dolores y empecé a encontrarme mal también del oído
asique me planté en las urgencias de un Hospital de la seguridad social. Me
atendieron amablemente, les comenté todo lo que había pasado, los dolores que
tenía, etc. La doctora que me atendió me dijo que ella no me podía dar la baja
que era la mutua la que tenía que encargarse de dicho procedimiento porque al
haber ocurrido en el transcurso de mi casa al trabajo, se consideraba accidente
laboral. En cuanto al oído me comunicó que no tenía nada que ver con los mareos
que me daban, que tenía una simple otitis, pero que fuera a un otorrino para
ver que el accidente no me hubiera provocado los denominados “vértigos”.
Durante todos
esos días de agosto intenté que me viera algún médico tanto de la seguridad
social como de la sanidad privada, pero no fue posible porque en ambas me
dijeron: “El mes de Agosto es muy complicado porque los médicos se van de
vacaciones y las citas de los pocos médicos que atienden están todas completas
hasta Septiembre”. Mientras tanto, yo tenía que seguir acudiendo a mi puesto de
trabajo y permanecer 9 horas sentada (8 laborales y 1 de comida) con muchos
mareos y unos dolores que me costaba estar en la silla, me costaba levantarme,
me costaba sentarme, me costaba incluso andar porque me encontraba fatal.
¿Sabéis como
pude llevarlo algo mejor? Gracias a las sesiones semanales que el
fisioterapeuta Jorge me daba en CLINICA VISANZ hasta que llegó el 5 de
Septiembre 2022. Ese día tenía cita con el otorrino para que me vieran el tema
de los mareos y el diagnóstico del especialista fue claro: “No se aprecian
signos de padecer vértigos. Paciente a la espera de cita con traumatólogo el 19
de septiembre de 2022”.
Sí, del 5 de
septiembre hasta el 19 seguí tratándome en la clínica mencionada, pero según el
propio fisioterapeuta poco podía hacer si yo continuaba yendo al trabajo y
esforzándome en conducir, en levantarme, en sentarme, en moverme… Mi cuerpo me
estaba pidiendo a gritos un reposo absoluto que solo el fisioterapeuta veía hasta ese momento.
Llegó el 19
de Septiembre y con él, mi cita con el traumatólogo de un hospital privado
quien me estuvo chequeando y me dijo muy seriamente: “Señora, usted no está
apta para ir a trabajar. Tiene que pedir una cita con su médico de la Seguridad
Social, contarle lo que le sucede y que le den una baja laboral. No puede
exponer su vida teniendo mareos mientras conduce. ¿Sabe lo peligroso que eso
es? Si a usted le pasa algo en ese estado, la única responsable va a ser usted
por mucho que los médicos de la mutua hayan dicho que usted está apta para
seguir trabajando”.
En cuanto
salí de la consulta con el traumatólogo, acudí a la médica del FREMAP de al
lado de mi trabajo, con el informe médico del especialista donde indicaba
claramente rehabilitación en zona cervical y lumbar y un reposo laboral de 15
días. La doctora se quedó mirándome como quien ve un OVNI y me dice que no
entiende que hago allí de nuevo. Le cuento todo lo que había pasado desde el 2
de agosto porque ni si quiera quiso mirar el informe que ella misma me hizo
dicho día. Escaneó el informe del traumatólogo y me dice que va a hablar con su
superior porque no entiende que el médico de FREMAP más cercano a mi casa no
hubiera seguido haciéndome el seguimiento desde el 5 de agosto. Que ese mismo
día me tendría que haber dado una nueva cita a los pocos días para ver mi
evolución, algo que NO fue así. Se anota mi teléfono y me dice que me llama al
día siguiente para ver cómo van a resolver el asunto. Dice que lo más fácil es
que me den la rehabilitación, pero sin que pise mi horario laboral, que no
puedo faltar al trabajo bajo ningún concepto.
Espero unos
días y no llama. La llamo yo, me comentan que tiene a muchos pacientes y que no
va a ser posible que me llame. Al día siguiente (23 de septiembre) recibo la
llamada del FREMAP más cercano a mi domicilio donde me indican que sienten el
inconveniente y que el lunes comienzo rehabilitación con ellos. En ese momento
pensé que al menos, algo me habían escuchado…
Nos plantamos
en el lunes 26 de septiembre y acudo como me han indicado a las 8 a.m. para que
no pise mi horario laboral. Me dicen que tengo que ir todos los días. Me dan 10
minutos de masaje y 20 minutos de calor solamente en la zona cervical... Las
lumbares ya irán viendo… Fin de la sesión y me dicen que vaya al día siguiente.
Acudo y me vuelven a hacer lo mismo que el día anterior, pero me dicen que
mejor que vaya el jueves, dejando un día de descanso entre sesión y sesión. Si
al segundo día de sesión me dicen esto, muy serios no son…
El jueves voy
y ese día solamente me ponen 20 minutos de calor y 10 minutos de corrientes.
Cero masajes. Pregunto si tengo que acudir al próximo lunes y me dice que ahora
mejor los martes y los jueves. Mi cerebro estalló y me mordí la lengua porque
no era posible que con solo tres sesiones ya me estuvieran dando largas. Fue
curioso como en esa primera semana en la que solo acudí tres días, me dio
tiempo a observar las pocas ganas que tenían de trabajar ya que los dos únicos
fisioterapeutas de la sala se dedicaban a estar mirando el teléfono móvil
continuamente mientras tú misma tenías que ponerte los aparatos, encenderlos,
ponerte el papel en la camilla… Como se suele decir: ¡Unos VAGOS de mucho
cuidado!
Llegaron el
martes y el jueves de la segunda semana y misma técnica. El jueves el
fisioterapeuta que supuestamente me trataba desapareció y le pregunté al otro
si tenía que ir al siguiente martes. Su respuesta: “Pues si quieres, ven el
martes…” Dejando entrever lo que ya había sospechado desde la primera semana:
que los pacientes les molestábamos allí.
Llegó el
martes y el desaparecido no fue asique yo misma me hacía todo porque el otro
tampoco estaba dispuesto a dejar el teléfono móvil y a levantarse de su silla
para hacer su trabajo. El jueves me volví a presentar allí muy cansada, ya no
solo por los dolores que seguía teniendo, sino por el cansancio mental que esa
gente me estaba produciendo para que abandonara el tratamiento que era lo que
ellos querían, pero no podía hacerlo ya que iría en mi contra y más después de
todo lo que había luchado porque me hicieran un mínimo de caso que, como veis,
tampoco resultó efectivo.
Ese día
apareció de nuevo el que supuestamente me trataba y me dice que es que tres
semanas de sesiones ya eran muchas. Por la tarde, llamé a la clínica FREMAP
donde me estaban haciendo la supuesta rehabilitación y exigí un poco más de
seriedad por su parte porque me parecía un cachondeo ya todo lo que me estaba
pasando porque ni si quiera me habían dado una cita programada con el médico
para hacerme un seguimiento de lo que supuestamente me estaban haciendo. Éstos
me dicen que tengo que volver al FREMAP de al lado de mi trabajo para que sea
ella quien lleve mi tratamiento. Se pasaban la pelota los unos a los otros.
Recuerdo que,
ese fin de semana, tras una charla con mi chico (que ha tenido muchísima
paciencia a lo largo de todo el proceso) reaccioné y con mis dos ovarios me
planté el lunes en el FREMAP donde iba a la supuesta rehabilitación y exigí
hablar con el médico que me había atendido el 5 de agosto. Me dijeron que no
estaba y que me atendía otra. Esa doctora me mal atendió con su soberana
soberbia a mitad de octubre diciéndome en mi propia cara que me estaba
inventando los dolores que tenía y que como dudaba de mí que me iba a mandar
una resonancia para ver si realmente tenía algo. A la defensiva, la dije que
los fisioterapeutas no estaban haciendo bien su trabajo porque para ir a
ponerme calor, que para eso me lo ponía yo en casa y su respuesta fue que ellos
no están obligados a dar ningún tipo de tratamiento a los pacientes. Me quedé
con ganas de preguntarla que cuál era, según ella, el trabajo de un
fisioterapeuta porque minutos antes me había indicado que la persona que está
en movimiento sale peor que la que se encuentra parada en un accidente como el
mío. Con esta afirmación me dejó claro que la carrera de medicina se la habían regalado,
me ha quedado la duda de si ha podido hacerse a sí misma un encefalograma
porque igual lo tiene más plano que una tabla de planchar.
A los pocos
días me hice la prueba y fui a consulta a que mi doctor me diera los resultados
y me dice: “En la resonancia no se ven los músculos. No apreciamos nada que te
esté causando los dolores que dices. Por lo tanto, tenemos que suspender el
tratamiento de rehabilitación.” Me entrega la hoja y como conclusión leo que
existe una rectificación lordótica cervical que casualmente era el mismo
diagnóstico que salía en la primera radiografía que me hicieron en Agosto. Me
callé y amablemente salí de la consulta, con 9 supuestas sesiones de
rehabilitación, pensando que todos los que trabajan allí NO quieren ayudar a
los demás trabajadores porque están pagados por los empresarios, aparte que
demostraron que ninguno de los que allí ejerce tiene idea de hacer bien su
trabajo. Son unos INCOMPETENTES.
Pedí cita
para la médica de la seguridad Social y fui con todos los informes médicos de
traumatólogo, de la mutua, de las pruebas que me habían hecho, etc… y como ya
sabéis, me dio la baja. En cuanto a lo laboral ya sabéis como acabó la
historia, pero en cuanto a mi salud fui
a la clínica privada SERPRESA (no me importa hacer publicidad gratuita), donde
en estos meses me han dado 30 sesiones de rehabilitación de lunes a viernes
todos los días a la misma hora, en zonas lumbares y cervicales con masajes, con
corrientes, con ondas de choque, con ejercicios, con microondas, con una
máquina llamada neuralter… Lo que ellos me han hecho sí que ha sido una
rehabilitación en toda regla y se ha demostrado porque ya no tengo mareos, no
tengo dolores cuando me levanto, cuando me siento, cuando hago cosas de mi vida
cotidiana que antes no podía hacer. Me parece un milagro lo que hemos
conseguido todos juntos. El último día me dijeron para pasar de nuevo por el
médico rehabilitador que es quien también me ha mandado los ejercicios para que
me pudiera recuperar lo antes posible porque quizá me harían falta unas pocas
sesiones más, pero sinceramente me encontraba ya mucho mejor de lo que estaba
que considero que si en algún momento vuelvo a recaer pues puedo volver a
confiar en Jorge de CLINICAS VISANZ que también me ha acompañado en estos largos meses.
Por una parte
me da rabia haber perdido tantos meses en algo que se podría haber solucionado
en menos tiempo si hubiera dado con personas competentes en FREMAP. Mucho se
habla de la sanidad pública, pero fue la propia doctora de la sanidad pública
la que me recomendó acudir a hacerme el tratamiento por lo privado aunque me
costase mi dinero porque iba a tardar mucho menos que si me esperaba a lo
público, algo que me da bastante pena, pero por otra parte, creo que me ha
venido bien este tiempo no solo para recuperarme físicamente sino también
mentalmente ya que ha sido un balón de oxígeno que ha llegado cuando más lo
necesitaba.
Siento si me
he extendido tanto, pero necesitaba contaros mi experiencia para que si os
sucede algo similar, os pongáis serios con la gentuza que trabaja en FREMAP (podéis leer reseñas en google que más gente opina como yo) porque es una pena que los más débiles siempre tengamos que ser los
trabajadores y las personas físicas mientras que las empresas sean grandes o
pequeñas se aprovechan siempre de los demás, algo que no deberíamos de
permitir.
¡Un saludo a
todos!
https://laopiniondelarubi.blogspot.com/2022/12/mi-experiencia-laboral.html