¡Hola chico especial!
Puede que te sorprenda o no, pero tengo tantas cosas que decirte que no se por cuál empezar… No, no te voy a decir quién soy, pero por todo lo que voy a relatar lo sabrás perfectamente sin necesidad de que yo te lo diga. Solo tienes que refrescar un poco la memoria, a ver, comencemos por una pista sencilla o eso creo… Sí, ya sé que han pasado años desde la última vez que nos vimos, ¿te acuerdas? Esa noche en la que yo llegaba a las fiestas de Ayamonte con mi amiga y allí estabas tú con tus amigos. Querías saludarme con dos besos y yo me negué porque dos meses atrás tu lo hiciste conmigo y… ¿Sabes qué? Aquella noche no actué yo, sino que actuaron mi rencor y mi rabia junto a la decepción y el dolor que sentí cuando te negaste a despedirte de mí antes de que yo abandonase Huelva por ese plazo de tiempo.
Después de tantos años, ocho concretamente, y en un día tan señalado como hoy porque me llevaste a uno de los sitios más increíbles de tu pueblo, me apetece escribir estas líneas con todo lo bonito de nuestra historia aunque también tuvimos malos momentos, pero los que más brotan en mi memoria y tras tanto tiempo solo son los buenos. Te parecerá raro o extraño, va, dejo que hasta me llames loca, pero todos los años desde Noviembre hasta Febrero se me aparecen una y otra vez, una y otra vez, todos aquellos momentos que vivimos durante ese período de tiempo. Me siento como si mentalmente viviera otra vez esos días en los que iluminabas mis ganas de vivir, de sentir, de pasármelo bien y de querer beberme la vida porque es lo que me ensañaste a mis 21, pero el tiempo pasó muy deprisa a tu lado, demasiado diría yo, y todo se acabó.
Posiblemente te estés preguntando si no vinieron otros detrás de ti… ¡Pues claro que vinieron! Solo dos y de relaciones serias de meses y años. Llámalo casualidad o no, pero llegaron años más tarde y justamente empezaron mis relaciones con ellos en Noviembre, creo que el destino me los ponía en la misma fecha para tratar de llenar el vacío que me dejaste. Aún así, te puedo asegurar que he sido muy feliz con ellos y cada uno me ha aportado cosas, pero ninguno me ha llenado tanto como tu cuando me pasaba las noches a tu lado de fiesta sin importarme el frío y… ¡Sin gustarme salir!, como cuando te visitaba por las tardes y te llevaba para merendar palmeras de chocolate, como cuando salimos a cenar al wok, de centros comerciales, en tu cumpleaños, por carnaval de sorpresa, como cuando te escribía para que me llevaras al médico o para cualquier cosa que necesitaba, SIEMPRE estuviste ahí. Por todo ello y más, hoy te lo quiero agradecer de esta forma aunque no sé si lo leerás algún día… Quiero que sepas que te comportaste como un hermano, como un amigo, como un novio (sin serlo) conmigo, hacías que me sintiera protegida a tu lado y te lo estaré eternamente agradecida aunque nunca te lo dije en esos momentos ni probablemente te lo pueda decir nunca en persona.
¿Qué ha habido cosas que me dolieron en su día? ¡Pues sí! Supongo que a ti también te dolería mi comportamiento en algunos aspectos, pero los años han pasado y ya rondamos los 30. Tenemos otra forma de enfrentar y superar las cosas por las experiencias vividas. ¿No crees? Ya no somos dos chiquillos que no teníamos idea de cómo manejar la situación que se nos estaba presentando… Tú querías divertirte y vivir la vida con tus amigos y con las chicas que se te presentaban mientras yo buscaba la primera persona con la que compartir ese bonito sentimiento al que llaman “amor”. Supongo que al final ambos logramos ese objetivo durante ese tiempo: Tú te divertías conmigo y yo te quería como a nadie más voy a querer en este mundo.
Desconozco si a día de hoy sabes algo sobre mi vida aunque imagino que hay gente que te habrá hablado de mí, al igual que a mí, hay gente que me pregunta por ti o me habla cosas sobre ti, sí, todavía tenemos amigos en común de aquella época y ¿sabes? nunca les he dado una mala palabra sobre tu persona porque no me sale odiarte, no me sale tratarte mal, no me sale hablar mal de ti sino todo lo contrario. De mi boca solo salen cosas buenas hacía tu persona porque aunque hayan pasado tantos años y no tengamos ni contacto, yo te voy a querer siempre y esa es una realidad que vas a tener que asumir al igual que yo tendré que asumir que te perdí.
Sí, nada me gustaría más en la vida que volver a creer en los sentimientos, en el destino, en una especie de magia, en las casualidades que a veces suceden, pero que a mí no me quieren hacer el favor de poder cruzarme contigo, de poder verte aunque solo sean unos minutos, de ver tu aspecto actual y que tu veas el mío, de poder hablarte y decirte todo lo que no te pude decir en su día… Estoy segura de que podríamos tener una de las mejores tardes de nuestros últimos años, poniéndonos al día sobre nuestras vidas y contándonos millones de cosas como los buenos amigos que hace años que no se ven y se juntan para ello, pero tenemos que estar los dos de acuerdo y como dice el refrán: “Dos no se juntan si uno no quiere”. Yo estoy dispuesta a sentarme y a hablar, pero… ¿y tú?
Mira, el otro día un amigo mío me dijo que me merezco encontrar un rubio, alto y con ojos azules como eras tú porque sabes perfectamente que eres mi prototipo de hombre y además… ¡Qué siempre me has parecido guapo a rabiar! La cosa es que fui a una librería de pura casualidad. Me llamó la atención la portada de un libro, le di la vuelta y leí la sinopsis en la que se encontraban las siguientes palabras: ÉL, PELO RUBIO, OJOS AZULES y SONRISA. Evidentemente llegaste a mi mente y joder… ¡Necesito esa casualidad en la vida real contigo!
Mientras sucede o no, te escribo estas palabras para desahogar los sentimientos que me creaste en su día y que actualmente siguen apareciendo escondidos en el fondo de mi corazón. Si algún día quieres ponerte en contacto conmigo, no dudes en hacerlo porque voy a estar aquí esperándote como llevo ya ocho años haciéndolo y seguramente los que me queden... No tengas miedo de buscarme porque yo si lo tengo ya que no sé qué pasará, ni tú reacción al verme, pero solo quiero que sepas una cosa: te voy a seguir pensando todos los días de mi vida hasta que me vaya de este mundo.
Seguramente ya sabes quién soy...
¡Un abrazo muy grande!
Psdt: Perdonadme, pero tenía que expresar mis sentimientos que ocho años guardándolos son muchos años. Mil gracias por leerme.
Voy a por palomitas.
ResponderEliminar