¡Hola a todos!
¿Cómo van
esas vacaciones? Mientras los demás estáis disfrutando, hay otras personas
(como yo) a las que nos toca trabajar pero ya nos iremos de vacaciones cuando
muchos volváis a la rutina. En la entrada de hoy, os voy a seguir narrando las
historias de “Antoñita, la fantástica” que son un poco (o bastante) peculiares.
En una
entrada anterior ya os hablé de mi nuevo compañero de trabajo, el que se
montaba unas historias mentales muy falsas sobre todos los demás. De ahí, que
le hayamos apodado “Antoñita, la fantástica”, porque se inventa unas películas
muchísimo mejores que las de Universal Estudios, sin duda.
Recordemos:
este chico dijo que otro compañero de trabajo y yo le hacíamos buling, le
echábamos del comedor, comía en el coche porque supuestamente se lo decíamos
nosotros… Un sinfín de cosas que son MENTIRA y que, a día de hoy, se sigue
inventando aunque no tan descaradamente.
La cosa está
en que, en el momento en el que mis compañeros a los que les había metido
semejantes “películas”, me contaron lo que este chico iba pregonando de mi
compañero y, especialmente, de mí, tomé la decisión de que no iba a
intercambiar ningún tipo de frase con esta persona para evitar malentendidos
que se pudieran sacar de contexto.
Igual, muchos
de vosotros hubierais actuado de otra forma. A mí, me pareció correcto actuar
así aunque, la verdad, es una situación un poco incomoda ya que tienes que ver
a esa persona todos los días mientras trabajéis juntos, pero si él no tiene
ningún tipo de problema en acusarme de una cosa que es mentira, a mí, me supone
menos problema aún el hecho de no dirigirle la palabra.
Es decir, que
no sé que es peor, si acusar falsamente a tu compañera de trabajo de algo que
es mentira e ir pregonándolo por todos los miembros de la empresa, o dejar de
hablar a una persona, primero, porque te acusa de algo que es mentira y,
segundo, porque no quieres que se malinterpreten o se saquen de contexto las
frases que puedas decir.
Después de mi
actitud de pasotismo con esta persona, se dedicó a decir todo lo contrario a
todos los demás compañeros. Es decir, que yo me había convertido en su “súper
amiga”, que me contaba todo, que yo le daba muy buenos consejos, que le parecía
una chica súper maja… evidentemente, es otra película sacada de su mente porque
NO hablaba ni un triste “hola” con él por miedo.
Sí, estoy
empezando a tener miedo porque no sé qué clase de persona es capaz de
inventarse cosas malas de una persona, querer ponerla en contra de todos sus
compañeros (tanto a mí como a mi otro compañero) y luego ir diciendo todo lo
contrario. No me gusta la gente así. Prefiero que si alguien tiene un problema
que me lo diga directamente, antes de que se invente cosas que NO son.
Durante estas
semanas he estado pensando que seguramente su principal propósito es quedarse
con mí puesto de trabajo, algo que es bastante improbable ya que llevo casi dos
años luchando para ganarme mi contrato indefinido y como no lo puede hacer por
méritos propios, lo quiera conseguir echando mentiras de los demás.
Me da rabia
que llegue gente nueva a cualquier trabajo y que necesiten “aplastar” a los
demás con malas formas para ganarse su puesto de trabajo porque no son capaces
de progresar por sus propios méritos porque no valen para ese puesto de trabajo,
como lo está demostrando este chico a diario.
Lo que me
sorprende es que no solo quiera ir en mi contra en lo laboral, sino que también
lo haga en lo personal. Por ejemplo, que me arañe el coche inconscientemente
(según él), que aparque su coche al lado del mío, que llegue a la misma hora
que yo llego…que seguramente sean puras casualidades pero son demasiadas…
Juzgad
vosotros mismos la situación pero yo no me atrevo a ponerle nombre a algo tan
alegremente como hacen otros…Solo espero que dentro de unos meses, el tiempo me
dé la razón y que esta persona no siga en la empresa, por mi bien, por el de
mis compañeros y por su propio bien porque estamos llegando cada día a unas
situaciones más surrealistas si cabe.
¡Un saludo a
todos!
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