lunes, 19 de junio de 2023

BELLEZA: Manteca corporal de Cien (LIDL)

¡Hola a todos!

En la entrada de hoy os traigo un producto que probé de la marca de belleza de lidl. Se trata de la manteca corporal.

Dentro de su gama de mantecas corporales nos encontramos con tres modelos diferentes: la de coco, chocolate y mango. Tengo que reconocer que la que más me llamó la atención fue la de chocolate porque normalmente las de frutas se pueden conseguir en otras tiendas más especializadas mientras que esa nunca la había visto asique decidí darle una oportunidad.

Primeramente, comentaros que la textura de este producto es muy compacta, tanto que cuesta un poquito restregarla por la piel si coges mucha cantidad haciendo que tengas que estar un ratito masajeando la zona donde te la apliques, algo que personalmente no me suele gustar. También otro punto negativo de este producto es que te deja la piel bastante resbaladiza durante varias horas después de aplicarla recordándome al famoso body yogurth de The Body Shop, tal y como os comenté en otra entrada.

En cuanto al olor, es cierto que tiene un gran aroma a chocolate que te dan ganas hasta de comerlo, por lo tanto por esa cuestión sí que me ha ganado y evidentemente por el fin al que está destinado el producto que es a hidratar la piel, que también es bastante positivo ya que sí hidrata bastante al ser una manteca y tener mucho aceite que una crema normal y corriente. Quizá no es muy recomendado en pieles que sean bastante grasas ya que podrían surgir granos, pero tal y como indica el artículo, muy recomendado para pieles secas o normales.

En cuanto a la relación calidad-precio, para tratarse de un artículo que no es de marca conocida o de buena marca (por así decirlo) sino una marca blanca de supermercado, me parece un producto un poco elevado de precio ya que la lata de 400ml cuesta 5€, pero me parece un gran producto para la finalidad para la que ha sido creado, que es la hidratación de la piel. No es el primer artículo de belleza de la marca blanca de lidl que me sorprende gratamente asique yo lo recomiendo a pesar de los puntos negativos.

Recomendación: Para las personas que tengan la piel muy seca o seca y que les guste bastante este tipo de olores y productos.

Duración del envase: Dependiendo del uso, en mi caso, lo utilizo una vez por semana asique el uso tampoco es demasiado, haciendo que dure 3 o 4 meses en mi caso. Si se utiliza todos los días pues posiblemente dure algo menos.

Puntuación: 8 de 10.

domingo, 11 de junio de 2023

LUGARES: Cenando en POPEYES

¡Hola a todos!

En la entrada de hoy, os traigo mi primera experiencia visitando uno de los locales de comida rápida llamado “POPEYES”. Igual os puede parecer un poco triste, pero jamás había estado en uno de ellos y tenía que probarlo.

Cuando llegué a este lugar, me recordó a otros sitios de comida rápida donde a través de una pantalla tienes que seleccionar tu menú y que, en algunas ocasiones, se me han atragantado porque le das y hasta que las flechas o la pantalla te hace caso… La cosa está en que de todo lo que había en la carta electrónica no sabía muy bien qué pedir porque me sonaba todo a que probablemente tendría algo de picante escogiese lo que sea.

No recuerdo muy bien el menú que pedí, pero era una hamburguesa de pollo a secas con patatas gajo y bebida. Creo que salió por 12 euros solo el mío (no lo recuerdo muy bien), pero sí que me pareció un precio elevado para tratarse de un sitio de comida rápida. Considero que hay otro tipo de cadenas que tienen los precios más asequibles, pero ese es otro tema…

Hay una cosa positiva de este sitio y es que la hamburguesa de pollo, es verdad que es pollo porque trae la forma de la pechuga fileteada empanada mientras que en los otros sitios suele ser una masa que no sabes muy bien lo que estás comiendo. En cuanto a puntos negativos destaco dos: Solamente tienen la opción de patatas gajo y que, efectivamente, tiene un punto de picante bastante alto para mi gusto y aceptación.

Pienso que si tuviera más opción de patatas y si no fuese tan picante o tuviera varias opciones como suave, medio o fuerte, tendría mucho más público. No sé si el menú de niños llega a ese punto de picante tanto como los otros, pero de ser así, yo no le daría estos menús a mis hijos. No me parece adecuado que a un niño tan pequeño le demos este tipo de cosas.

Desconozco la afluencia de público que habitualmente suele tener este sitio, pero si lo que pretendía era llegar para hacerle la competencia al resto de cadenas rápidas, por mi parte, puedo deciros que no me ha convencido. De hecho solo he ido a probar la experiencia para poder daros mi punto de vista, no es un lugar en el que yo vuelva a repetir y lo tengo muy claro.

¡Un saludo a todos!

jueves, 8 de junio de 2023

MI OPINION PERSONAL: Mi experiencia trabajando en asesoría

¡Hola a todos! 

En la entrada de hoy, os traigo mi opinión personal sobre mi experiencia trabajando solo tres meses en una asesoría. Os voy a contar todo el proceso completo, desde mi principio hasta mi final…

Primeramente, durante el proceso de recuperación del accidente, para no tener la cabeza todo el día pensando en lo que me había sucedido, la mejor manera que se me ocurrió para despejarme fue estudiar un curso intensivo sobre presentación de impuestos en CONTANIIF FORMACIÓN. Cursos completamente presenciales, económicos, con pocos alumnos donde casi se puede decir que tienes al profesor prácticamente a tu disposición para cualquier duda o sugerencia a través de su e-mail y ya no solo eso, sino que son muy completos donde te enseñan lo que más se va a dar laboralmente en las asesorías. Muy recomendable.

Pues gracias a este curso, conseguí el trabajo en una asesoría, algo que ya llevaba años planteándome asique decidida acudí a la entrevista con la empresa. Recuerdo que, cuando llegué allí, estaba un poco aturdida porque veía mucha gente en ese sitio y pensé que sería una buena empresa. Me hicieron esperar hasta que vino el jefe de la empresa y me llevó a su despacho. Cuando entramos allí, me pareció agradable, pero a medida que me iba preguntando cosas y que aquella charla se extendía, le comencé a notar muy nervioso, dudaba sobre tema salarial, no lo tenía muy claro, no le salían las palabras, se atragantaba constantemente… pero a final de la entrevista me dijo que si podía empezar el lunes de la siguiente semana (ese día era martes).

¿Qué imagen o qué sensación os trasmite a vosotros una persona que es jefe de una empresa y tiene esos comportamientos ya en la primera entrevista? Yo, sin dudar, sin nerviosismo alguno, acepté la propuesta porque me quería superar a mi misma y sabía perfectamente que podía hacer este nuevo reto que me había propuesto, pero salí de allí con la sensación de que me estaba equivocando de sitio, pero no de empleo porque infinitamente me gusta lo que hago, ser contable desde hace muchos años y mi meta es progresar para ser fiscalista.

Las dos primeras semanas fueron positivas para mí porque ellos se empeñaban en enseñarme cosas que yo ya sabía perfectamente y que no eran ningún misterio. Me trataban como si yo no supiera nada y acabara de aterrizar en este mundo haciendo comentarios despectivos tipo “Es que los que trabajáis en empresas y no en gestorías no tenéis idea de nada” pues me dolía y quería callarles la boca. Tenía que aprender un nuevo programa, pero tampoco me resultó difícil porque ya he trabajado con varios programas y al final con diferentes botones o distribución, pero todos tienen el mismo funcionamiento: la contabilización de las cuentas contables.

A mitad de la tercera semana, todavía en periodo de prueba, yo veía que aquello no me terminaba de convencer, insisto, no porque no me gustase el trabajo, pero el ambiente era raro, seguía sin comprender tantas personas en la misma planta con las que apenas tenías un hola y adiós hasta que me di cuenta de que aquello era la nueva moda de los cooworking. Alquilarte una o varias oficinas en un sitio para hacer el trabajo asique imaginaos que allí pues te juntabas con mucha gente al día sobre todo en la hora de la comida que era cuando más podíamos coincidir en las zonas de comedor del cooworking, algo que no me gustó nunca. Tampoco me gustaba que estuvieras concentrada haciendo tu trabajo y la gente pasara continuamente por los pasillos del coworking retumbando el suelo como si estuvieras en un avión o que se les oyera las conversaciones por los pasillos a los de las otras empresas. Es un punto bastante negativo de estos sitios.

Llamadme rara, pero el hecho de que también todos los viernes mi jefe nos trajera de desayunar y parar de hacer el trabajo durante casi una hora o que mis compañeras vinieran a la hora que les daba la gana y se iban cuando les daba la gana mientras a mí se me dijo un horario y yo cumplía mi horario como he hecho siempre, el hecho de llegar tarde y que no pase nada o no ir y que tampoco se pida justificación alguna, etc… Este tipo de cosas no van conmigo, porque desde que comencé a trabajar, lo siento mucho, pero el trabajo es trabajo y hay que cumplir con ello desde la hora a la que empieces hasta la hora a la que te marches. Este tipo de coaching laboral, flexibilidad laboral o llamadlo como queráis, no encaja con mi forma de ser porque yo soy una chavala súper seria en mi trabajo y estoy acostumbrada a cumplir con horarios, con normas, con exigencias y no con este tipo de libertades que igual quisieran muchos, pero yo no.

Terminó el periodo de prueba y, evidentemente, lo superé con creces, me dieron un teléfono y un portátil de empresa para atender y trabajar desde casa fuera de mi horario laboral a los clientes que me habían proporcionado si lo necesitaba… Mi mente se bloqueó en plan ¿Me estás diciendo que después de cumplir con mi horario laboral, de terminar todas las tareas diarias que me exigís, pretendéis que tele trabaje desde donde quiera? Pero claro, la pregunta solo se quedó en mi mente y con mi cara creo que lo dije todo. ¿Qué me tenía que haber ido en ese mismo momento de allí?

No quería tomar una decisión en caliente, pero continué allí más que por ellos, por mí misma porque me quería enfrentar a los temidos impuestos trimestrales y por supuesto que me enfrenté.  Una semana antes del 20 de abril ya tenía a la mayoría de mis clientes terminados y presentados (45 de 50) mientras mis compañeras alucinaban con mi capacidad laboral (las callé la boca con lo del tema de dudar de la gente que venimos de empresas y no de gestorías/asesorías) y me explicaban que no habían tenido a nadie tan comprometido como yo, que no entendían porque la gente pasaba un mes/mes y medio y se iban. Según ellas, esas personas no tenían ganas de trabajar, pero la realidad es que eran ellas las que tenían muchísimo retraso y se excusaban en que eran muchas empresas (tenían cada una las mismas que yo). Fueron dos semanas durísimas en las que me obligaron, a parte de mi jornada, a quedarme hasta las 9 de la noche (sin retribución económica) para sacar adelante el trabajo de las VAGAS (no tienen otro nombre) de mis compañeras, os recuerdo que yo con el mío ya había cumplido dentro de mi jornada laboral.

Yo siempre pensaba lo mismo, si yo en mes y medio he sido capaz de poner al día las contabilizaciones de 50 empresas que tenían totalmente abandonadas (esa era la realidad) como ellas no eran capaces de hacer lo mismo llevando más tiempo que yo… La respuesta era fácil, lo que os comentaba antes de la flexibilidad horaria que llegaban y se iban cuando les daba la gana y podían desaparecer dos horas o más sin explicaciones, los largos desayunos de los viernes y esas pequeñas horas que se van acumulando, al final es mucho trabajo perdido… Pues señoras, no pretendáis que la gente nueva que llegue os haga el trabajo que vosotras NO QUERÉIS HACER y es que comprendo perfectamente a la gente que se ha marchado de allí en cuanto ha visto vuestro percal… ¿Qué vosotras cumplís con el trabajo y os queréis marchar cuando os venga en gana? Me parece perfecto, pero a mí, se me caería la cara de vergüenza primero de solicitar a mi jefe que me traiga nuevas personas porque no saco mi trabajo y segundo de saber que mi nueva compañera tiene que hacer mi trabajo porque yo me largo y no quiero hacerlo…

Pues si ya os parece fuerte esto, imaginaos mi cara cuando me dicen justo después de acabar los impuestos que tenemos que poner al día casi 200 empresas de 2022… ¿Tenemos o tengo yo sola que hacerlo mientras vosotras venís cuando queréis, estáis con el teléfono, os vais a tomar café más de dos horas con los del cooworking, etc…? Perdonadme, pero mi paciencia tiene un límite asique comenté con mi jefe que quería más económicamente por todo lo expuesto y me dijo que le estaba pidiendo demasiado. Me contuve para no decirle que él también me estaba pidiendo demasiado trabajo por el mismo sueldo y como no les han gustado las verdades en la cara pues mi bomba les ha explotado justo cuando tenían pensado cambiarme a otro despacho (porque las últimas semanas me han hecho el vacío desde que yo fui clara porque a más trabajo, más dinero, eso es así…). Casi sin mirarme, despreciándome, sin valorar el trabajo que les he sacado adelante, etc… Pues para que ellos se siguieran riendo en mi cara, decidí yo misma marcharme de allí y, luego ya que se pongan a pensar porque la gente se larga de su empresa. Si todos lo hacen, igual el problema está ahí dentro no con los que llegamos de fuera a cumplir con nuestras mejores intenciones para ayudaros y solo os aprovecháis de nosotros.

Me da risa porque cuando él me dijo que quería que me marchara del despacho hacía el otro despacho le dije que de eso quería hablarle que me marcharía, pero de la empresa y se quedó igual de blanco que si lo hubieran lavado con Ariel. Cuando fuimos a su despacho, el me dijo varias cosas:

1-Insistía en que le daba pena que me marchara porque soy muy buena trabajadora, en que valgo mucho, en que tengo una capacidad laboral extraordinaria, etc… y le dije con toda mi sinceridad: Yo sé perfectamente lo que valgo laboralmente hablando, no hace falta que me lo digas, de no ser así no me hubiera tirado trabajando 5 años para la misma empresa ¿no?

2-Tenía una gran preocupación por la imagen que se llevaría la nueva fiscal a la que habían contratado si ésta veía que otra persona se marchaba de su empresa. Me quedé con ganas de decirle que ese no era mi problema, era el suyo que para eso es su empresa.

3-Se sentía dolido porque otra persona más se había tomado su empresa como una empresa para estar temporalmente y no comprometerse con ellos. También me quedé con las ganas de decirle que yo soy una persona que me había comprometido con ellos hasta tal punto de quedarme las horas extras que me pidieron durante las dos semanas previas en impuestos a cambio de nada, ninguna retribución económica recibida por ello, solo las gracias por mi gran esfuerzo, pero yo solo con las gracias no como.

La fiscal entró y poco más y la ponen hasta una alfombra roja, cosa que conmigo no hicieron porque yo venía de empresa y no de asesoría. Fui a devolverles el ordenador que me dieron para tele trabajar y su respuesta fue que me fuera a mi sitio para que la fiscal no se enterase de nuevas que yo me marchaba y que le quitase el protagonismo a ella. Intentaron por todos los medios no dejarla sola para que no coincidiera conmigo y de repente en la hora de la comida coincidimos a solas en el baño. Le dije las verdades como puños y que ojala no se arrepintiera nunca de haber acabado en esa empresa, si total yo ya no tenía nada que perder y podía ayudar a que otra persona no volviera a pasar por mi misma situación.

Por lo tanto, para que se desprestigie mi carrera laboral de esta forma, prefiero arriesgarme e irme donde realmente me sepan tratar y valorar como a una persona merecedora de que yo me desviva laboralmente hablando para su empresa, tal y como lo he hecho y lo haré siempre. Porque otra cosa no, pero profesional soy bastante en mi vida laboral, algo que más quisieran muchas personas.

¿Qué si me arrepiento de la decisión que he tomado? No sé lo que vendrá o no en un futuro laboralmente, pero desde luego que no quería volver a vivir la experiencia pasada, el hecho de aguantarlo todo hasta reventar. Cuando no tienes experiencia pues tragas, pero teniendo ya el curriculum, la experiencia y la edad que tengo no estoy ya para estas gilipolleces y mucho menos con gente que no se merece que yo trabaje para ellos.

¡Un saludo a todos!