miércoles, 19 de abril de 2017

Tres veces tú - Federico Moccia

¡Hola a todos!
Después de varias entradas sin comentar nada de libros, en esta, os vengo a comentar el libro “Tres veces tú” de Federico Moccia. Se trata de la tercera parte de “A tres metros sobre el cielo”. Si no habéis leído los anteriores, es mejor que no sigáis leyendo el resto de la entrada, puesto que narra cosas de los libros anteriores y puedo revelar algo de lo que sucede en los anteriores.
Al principio dudé en sí leerlo o no leerlo ya que el primer libro de esta trilogía me cogió algo más joven que ahora y no creía que me fuera a parecer muy interesante actualmente, pero por otra parte, empecé a leerlo más que nada por lo que muchas, como yo, se preguntan ¿Con quién se quedará Step? ¿Con Gin o con Baby?
Desde la primera parte del libro hasta casi la mitad, me resulta algo repetitivo puesto que el protagonista, Step, no deja de recordar cosas del pasado y por lo tanto, narra algunas escenas pasadas, cosas que sucedieron entre Baby y Step en los primeros libros. A parte, descubre varios secretos que a medida que vas leyendo, puedes ir imaginándote lo que va a suceder, pero si no lees esta tercera parte, no lo imaginas ni de casualidad.
A medida que vas avanzando en la lectura, a mí me daba la sensación de que narraba cosas que en el segundo libro se le habían quedado un poco “descolgadas” como la reconciliación entre Gin y Step. En esta parte, te la cuenta más profundamente que en el final del segundo libro. Va apareciendo la vida actual de Baby, Daniela, la madre de ellas…La vida actual de los personajes que salían en los libros anteriores.
Ha habido capítulos que me han parecido tremendamente aburridos y de relleno, que según los vas leyendo, sientes que el tiempo pasa muy lento como por ejemplo las reuniones que Step tiene en su vida laboral, que prácticamente, si los hubiera omitido, tampoco nos hubiéramos perdido gran cosa.
Los últimos capítulos del libro tampoco son muy sorprendes puesto que desde la mitad hasta el final puedes ya intuir lo que sucede sin necesidad de acabarlo. Tengo que reconocer que las últimas 50 páginas han sido muy pesadas, tenía ya mucho desinterés en continuar leyéndolo, sabiendo que el final era, tal y como había pensado, muy previsible.
Las últimas 15 páginas (aproximadamente) me han parecido una mezcla de muchas situaciones y de todos los personajes, contándote trozos de unos personajes, luego de otros, al final acabas con mucho cacao y sin saber bien cómo acaban todos los protagonistas secundarios.
De todas formas, me ha parecido un gran error sacar el último libro de esta trilogía, tantos años después de los primeros aunque, por lo menos, existe un espacio de tiempo, casi como el de la vida real, en la vida de los personajes, que aparecen con 6 años más, más centrados y algo más maduros pero no dejan de darle vueltas, en muchísimas ocasiones, a las cosas que sucedieron entre ellos 7 u 8 años antes.
Por lo tanto, después de leerlo, mi conclusión es que hay partes interesantes (un 25% del libro) y lo demás me ha parecido mucho relleno. Creo que el autor decidió escribir está última parte porque igual con otra historia no hubiera tenido tanto éxito, que pienso que ha sido más que nada por la curiosidad de la gente de saber cómo terminaría que por la historia que te cuenta en sí, que tampoco ha sido muy sorprendente, sino que muy previsible.
¡Un saludo!

viernes, 7 de abril de 2017

Los niños y sus padres


¡Hola a todos!

Ya estamos en primavera y con ello los días se vuelven más largos, tenemos sol hasta casi las 9 de la noche y aprovechan los padres para sacar de la “madriguera” a sus hijos. Hoy os vengo a hablar sobre este tema que me parece criticable en varios aspectos.

Primeramente, no soy quien para prohibir o dejar de prohibir el salir a la calle a nadie pero lo que pido, como vengo reivindicando últimamente, es un poco de RESPETO hacia los demás, que cada día tenemos menos…

Me parece fenomenal que los padres quieran sacar a sus hijos de casa, ya que durante el invierno no han podido salir por el frío, la lluvia o porque no les ha dado la santa gana de sacarlos, pero siempre y cuando sean ellos los que les acompañen. Lo que no me parece correcto es que dejen a sus hijos SOLOS en las zonas comunes de la comunidad de vecinos y sin ningún control, provocando que sus hijos hagan y deshagan a su antojo, incluido el molestar a los demás.

Todas las tardes hay niñas pequeñas jugando a las muñecas, con los patines, con la comba… ¿molestan? A veces sí, pero me tengo que aguantar porque ellas son niñas pequeñas y lo puedo llegar a entender, a parte que ellas están con sus respectivos padres cosa que veo fenomenal porque es la responsabilidad que como padres deben tener.

Lo que no soporto es que ya niños mayorcitos y sin sus respectivos padres, se pongan a jugar al futbol cuando existe un cartel enorme con letras gigantes donde indica: QUEDA TOTALMENTE PROHIBIDO JUGAR AL BALÓN. Que se pongan a jugar una tarde de vez en cuando, no me importa, pero que cojan la rutina y lo hagan todas las puñeteras tardes me toca bastante la moral y encima sin tener respeto por la gente que vivimos aquí. Pelotazos en paredes y puertas y uno y otro y otro más y al final no te queda otra que aguantarte y soportar a los hijos de los demás…

Queridos padres y madres, creo que no tengo porque aguantar los pelotazos de sus “estupendos” hijos tarde si y tarde también ni tengo porque aguantar otras muchas actitudes de sus hijos. Que tenéis que entender que los niños son vuestros, que tenéis que educarlos para que tengan una mejor convivencia en un futuro con los demás, que así como ahora es la pelotita, en el verano será llenarle la toalla de arena al de al lado y actitudes varias.

Hoy, yo no tengo hijos y ni si quiera sé si los tendré en un futuro, pero lo que tengo muy claro hoy en día es que si no tengo hijos, no tengo porque aguantar a los hijos de los demás, que los aguanten sus padres que para eso los han tenido y si no, que se lo hubieran pensado dos veces antes de tenerlos.

¡Un saludo!